Monte Sacro


01 Situación

El Monte Sacro – identificado con la figura de planeamiento del Peri CA-5 –está situado entre las colinas de Molinete y San José, supone la elevación central de la vertiente norte que configura el perfil de la antigua península de Cartago-nova hacia la albufera interior, presenta una altura intermedia respecto al resto de elevaciones ya que cuenta con una cota de 45,92 m. respecto al nivel del mar, frente a los 65,65 m. del Cerro de la Concepción y los 34 m. del Molinete. Por su topografía el cerro está definido por una amplia ladera sur con marcada pendiente en su tramo superior, mientras que por la norte evidencia un cortado abrupto hacia el estero.

La zona de estudio se sitúa geológicamente sobre un cuaternario de coluvial compuesto de arcillas, arenas y cantos. No se conoce exactamente el espesor de este aluvial, pero por debajo de este se podrían encontrar cuarcitas, diabasas o filitas de edad Triásica. En lo alto del cerro y en las terrazas superiores afloran estas rocas y las estructuras es muy probable que se encuentren sobre éstas.


02 Introducción Histórica

La primera referencia documental que disponemos procede de la obra Historia Universal de Polibio de Megalópolis(X 10 1-13)quien hace una descripción topográfica de Carthago Nova, en su visita a la ciudad el siglo II a. C. citando cada una de las elevaciones, de este modo individualiza el Cerro de Concepción como “la colina más alta…que se precipita al mar”, frente a ella el Molinete donde “se edificaron magníficos palacios reales”, mientras “que otras elevaciones del terreno, simplemente unos altozanos, rodean la parte septentrional de la ciudad….el tercero de los altozanos lleva el nombre de Cronos”, haciendo una clara referencia al actual Monte Sacro.

Así pues, comprobamos cómo las diferentes elevaciones, que Polibio individualiza con el nombre de una divinidad antigua, se integraron desde el primer momento a la estructura urbana de la ciudad púnico romana.

A partir de esta información inicial, la colina ha sido identificada (Blázquez, 1991) con diversas divinidades tanto púnicas como romanas lo que ha propiciado su denominación actual, siendo de destacar la posible vinculación a un Baal de la ciudad con la invocación específica de Molok que vendría a corroborar la presencia de un templo púnico en la misma (Beltrán Martínez, 1986,61).






03 Historia de la investigación

A nivel arqueológico en la actualidad se manifiesta un claro desequilibrio de la información de la que disponemos de las diferentes zonas de la ciudad. Mientras que gran parte de la documentación arqueológica de la que disponemos se concentra sobre todo en la mitad más occidental de la urbe, entorno a los cerros del Molinete y Monte de la Concepción, sin embargo, el área urbana más nororiental que básicamente corresponde al sector del Monte Sacro y Monte de San José ofrece sin embargo una información arqueológica todavía muy limitada, salvo algunas excepciones como los restos de la Muralla púnica.

El volumen de esta información incluso se reduce aún más si se circunscribe al área que concierne a la actual delimitación urbanística propuesta para el Plan Especial de Reforma Interior del Monte Sacro, espacio donde podría decirse que la actividad arqueológica ha sido casi inexistente por lo que resulta imposible realizar una valoración arqueológica de esta zona, aunque dispongamos, sin embargo, de una serie de noticias o referencias.

En este sentido, la primera noticia de un hallazgo arqueológico nos la proporciona el escritor murciano Francisco de Cascales a finales del siglo XVI, de la que se desprendería que el conocido Altar de la Salud, más conocido tradicionalmente como Ara pacis, procedería de esta zona, aunque se ignora el lugar exacto.

Tendremos que llegar hasta pasada la mitad del siglo XIX, cuando dispongamos de una vaga referencia de los primeros trabajos de excavación arqueológica llevados a cabo en la Calle Monroy, antigua calle del Cuerno, por el marino e historiador cartagenero Adolfo Herrera (Jiménez De Cisneros, 1903, 292-304/Rubio Paredes, 1999, 7-16).

Estos hallazgos consistentes en restos de pintura mural, algunos de los cuales se llevaron al Museo Arqueológico Nacional de Madrid, así como otros descubrimientos de esculturas hermae de pequeño formato de buena calidad, hallazgos realizados de forma fortuita también durante este mismo siglo, lo que ha permitido confirmar que en época antigua esta elevación del Monte Sacro debió estar ocupada en su ladera orientada hacia el interior de la ciudad.

A mediados del siglo XX, se documentaron hallazgos esporádicos como el fondo de un ánfora pequeña o un mosaico, recogidos por A. Beltrán a partir de referencias hechas por Federico Casal (Beltrán Martínez, 1952, 75).

Hasta el año 1984 no existe constancia de ninguna actuación arqueológica en el ámbito espacial del PERI, fecha en la que se realizó una excavación en un solar de la calle del Rosario, situada ya en la parte más alta del Monte Sacro, en el límite de la zona que actualmente queda sin edificar y con la roca vista. En esta intervención(Martínez Andreu, 1997, 274) aunque se encontraron algunas cerámicas antiguas, muy escasas, quedó manifiesta la escasa potencia sedimentaria, incluso con áreas con la roca a la vista, lo que induce a pensar que es sobre todo en la parte más altas donde los restos arqueológicos se encuentran a un nivel más próximo a la superficie, como demuestra la noticia de la presencia a unos 100 m. de la excavación de 1984 de un pavimento de opus signinum a la misma cota que la de la calle.

Hallazgos posteriores, bien en zonas aledañas como la calle Saura, plaza Roldán, calle del Ciprés-San Roque, etc…o los más recientes como la supervisión arqueológica de la sustitución del cableado de media tensión de Iberdrola ( Berrocal Caparrós, 2001) que indicaron la existencia en la calle San Cristóbal la Larga de construcciones romanas y de una calzada, así como en la calle de la Gloria donde se documentó un pavimento tipo opus tessellatum bícromo con emblema central representando a medusa, todo ello viene a reafirmar la hipótesis de un área o barrio residencial con moradores de un rango social elevado.

Como se puede comprobar en las planimetrías realizadas sobre el urbanismo romano en Cartagena, los datos arqueológicos que disponemos de Monte Sacro son bastante escasos, inexistentes en la mayor parte del cerro y sobre todo en la vertiente SW del mismo, desde la calle del Pozo hasta San Cristóbal la larga. La información arqueológica hace referencia principalmente a intervenciones llevadas a cabo al pie de la ladera oeste del cerro y sus inmediaciones.

Hemos de destacar en este escaso panorama, una reciente intervención arqueológica realizada entre los años 2005-06 en la Calle San Cristóbal la Larga nº 34-36(GARCIA LORCA y GIMENEZ LOPEZ, 2007, 105-122), donde se documentó la existencia de un área doméstica de época púnica con sus característicos alzados en opus africanum, datada en el último cuarto del siglo III e inicios del siglo II a. C., así como una vivienda de factura más sencilla con alzados de adobe que se puede adscribir a un hábitat indígena.

La ocupación urbana del Monte Sacro se mantuvo hasta el año 2007, cuando comenzaron los derribos y de modo paralelo las expropiaciones.

Ha sido completamente desmontada la trama urbana de la ladera del cerro, convirtiéndose en un gran solar, sin duda es el momento con la voluntad de la administración local, de acometer trabajos arqueológicos preventivos para ir documentando la naturaleza y cota de las estructuras y gestionar con previsión el futuro planeamiento urbanístico del PERI CA-5.