La mesa redonda se celebra este jueves, a las 8 de la tarde, en el Centro Cultural Ramón Alonso Luzzy

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Miércoles 25 Enero 2017  |  Visto: 1.262 veces

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La Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Cartagena, en su programa Cartagena Piensa, ha programado para este jueves, 26 de enero, en la Biblioteca de Adultos del Centro Cultural Ramón Alonso Luzzy, la mesa redonda/debate: Arte y Sociedad, ¿Quién transforma a quién?

Será a las 20,00 horas y estará coordinada y moderada por Luis G. Adalid (artista/ editor de gráfica contemporánea), siendo los invitados: Ángel Haro (artista), Esther Baeza (Directora del FICC), José Manuel Chacón (arquitecto), Francisca Pérez Carreño (profesora de Estética y Teoría de las Artes).

Observando los diferentes movimientos artísticos, parece existir una interrelación nítida entre la forma de ser y crear y el entorno o la sociedad donde se realiza y se muestra. Dándole la vuelta, ¿tendría alguna capacidad el arte para transformar la sociedad actual?

Si consideramos la amplia difusión de la música, en su acepción “culta” o como entretenimiento, como de manera análoga ocurre con la literatura, o también con la fotografía y el cine –omnipresentes en esta sociedad altamente mediatizada–, e incluso con la arquitectura, como determinante de hábitats y referentes urbanos, todo hace pensar que puede transformar, o al menos condicionar, nuestros modos de ser, pensar y actuar.

Por contra, las artes tradicionalmente consideradas “museables”, parecen creadas para ser recluidas en ámbitos para entendimiento y disfrute de ciertas élites o minorías; y sin embargo, son precisamente esas artes las que paradójicamente hemos asociado al desarrollo del pensamiento filosófico, al igual que ha ocurrido con la música y el pensamiento matemático.

¿Puede esta sociedad del espectáculo transformar radicalmente el arte? Indudablemente condiciona la práctica artística y promueve su propio sistema de valores, haciendo que estos se propongan para “reconsiderar” el propio arte a conveniencia. Un ejemplo de ello son las acepciones utilitarias, reduccionistas, del arte como inversión, como decoración, como mero entretenimiento o como soporte de comunicación. Pero, desde su concepción íntima, desde su dimensión, podríamos decir, “poética”, al gran arte parece que sólo lo transforma el gran arte, y a la poesía sólo la poesía; ¿o tal vez no…?

A riesgo de alentar el sentido crítico como algo poco conveniente para este estado de cómodo desentendimiento de cualquier cuestión inquietante para los propios creadores o sobre la realidad que nos circunda, disfrutemos haciendo lo difícil: hagámonos las preguntas…