Juan Carrión, el profesor de inglés que inspiró la historia de Vivir es fácil con los ojos cerrados, y su director David Trueba realizaron un encuentro el pasado martes en la UPCT    

Miércoles 22 Enero 2014  |  Visto: 4.474 veces  |  Vídeo   |  Versión Imprimible

A Juan Carrión le bastó poco más que un par de litros de gasolina y una buena dosis de ilusión para emprender un viaje que le marcaría para toda la vida. A tan sólo una semana de carretera estaba este profesor de inglés de cumplir uno de sus sueños, conocer a aquel chico de aspecto introvertido que se resguardaba del abrigo de los Beatles. Allí, en Almería, estaba John Lennon. Y unos años más tarde, este momento lo rodaría David Trueba con La vida es fácil con los ojos cerrados.

El polifacético director de cine y el propio protagonista de esta historia, Juan Carrión, se reencuentran en Cartagena para presentar esta película que ya ha sido nominada para los Premios Goya. La Universidad Politécnica acogía el pasado martes en el CIM a ambos en un emotivo encuentro al que asistieron centenares de curiosos y amantes del celuloide y las pequeñas historias. Al acto también acudió la concejal de Cultura, Rosario Montero, y Adolfo Iglesias, autor del libro que trata esta historia.

Atrás quedaron aquellos años en los que este maestro enseñaba a sus alumnos inglés a través de las letras de esta banda inglesa. Help o Hey Jude sonaban en sus clases ante el asombro de sus pupilos, aunque pasar las letras de aquellos éxitos a papel fue todo un reto para Juan Carrión. Por eso, no se lo pensó un momento y se lanzó en busca de Lennon con el objetivo de que escribiera para sus fans sus canciones. Si puedo algún día me pasaré por la academia, le confesó el cantante.

Ese momento nunca llegó, pero ese encuentro entre maestro y artista se recrearía en el cine. Como bien aseguraba ayer Trueba, es una historia de un hombre corriente que cambió el mundo en el que vivía, que no cometió grandes heroicidades, pero que se entregó al completo en lo que más quería.

En definitiva, uno de esos relatos de pequeños héroes anónimos que evocan el pasado y que tanto le gustan al director. Eso es lo que atrajo a Trueba, lo que representa este profesor, su afán por hacer las cosas bien, el esfuerzo de toda una generación, de familias rotas que luchaban por lograr un país mejor del que encontraron. Los grandes personajes de la historia los deja para otros.

Fantástica y excepcionalmente buena. Así califica el propio Juan Carrión el largometraje, que rezuma amor y le deja a uno con un buen sabor de boca que muy pocas películas consiguen. De Javier Cámara, que encarna al protagonista, no tiene más que halagos y presume de no haber parado de soltar carcajadas en alguna que otra escena.

Y es que es precisamente eso es lo que pretende el director, que el espectador salga con una sonrisa del cine y con un mensaje optimista bajo el brazo. Un mensaje que habla de cumplir sueños y de esforzarse por conseguirlo.

También de paso tratar el jugoso papel de la Educación de por aquel entonces y el de ahora. De eso sabe mucho Juan Carrión, quien habla con orgullo y ternura de todos los alumnos que han pasado por su aula. Lo que más necesitan estos jóvenes es que los escuchen y que tengan a alguien en quien confiar para hablar de sus problemas, aclaraba.

No hay duda de que sus estudiantes se acuerdan de aquel profesor que les inculcaba inglés a base de los grandes éxitos de los Beatles. Un pionero de aquellos años 60 que sirvió para dar ejemplo ya que hay diferentes maneras de educar.

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