El miedo por el acontecer del pueblo carthaginés y de su esposo, el general Aníbal, abocó a la princesa ibera Himilce a visitar a la diosa Tanit en una velada en la que la magia y el misterio cobraron fuerza en Cartagena

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Miércoles 25 Septiembre 2013  |  Visto: 1.450 veces

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Escoltada por sus sirvientes, la princesa íbera Himilce hacia anoche su entrada triunfal en el escenario instalado en la explanada del Puerto de Cartagena. Dueña de la incertidumbre por la reciente marcha a Sagunto de su esposo, el general carthaginés Aníbal, el Oráculo de la diosa Tanit se presentaba como la única posible respuesta a sus miedos.

 

 

El misterio, la magia, y de nuevo el fuego, envolvieron uno de los actos más destacados de las Fiestas de Carthagineses y Romanos, hecho que quedó latente con la afluencia de público que se congregó en las gradas del muelle.

 

 

Respetando el guión original de Rosa Juaneda, la escenificación de este año ganó en dinamismo y vitalidad a lo largo de los cerca de cuarenta minutos. En esta velada cartagenera, la diosa Tanit confirmó los malos presagios sobre el futuro del pueblo de Qart-Hadast y el posible avance de las legiones romanas frente a las tropas carthaginesas.

 

 

Hoy miércoles 25 de septiembre, las Fiestas alcanzan su ecuador en una jornada dedicada a la Mujer Romana con el acto central en la explanada del Puerto de Emilia Paula, y el resto de actividades tanto culturales como deportivas o gastronómicas, que esperan a los festeros en el campamento de la Rambla de Benipila.