La muestra estará abierta al público del 15 de marzo al 20 de mayo
Lunes 12 Marzo 2018 | Visto: 3.840 veces
El
Palacio de Molina acogerá del
15 de marzo al 20 de mayo la exposición de Luis González-Adalid “los dibujos, los afectos, la mirada”, que recoge, de manera retrospectiva, los dibujos, y obras realizados a lo largo de su dilatada trayectoria. La inauguración de la misma será el jueves 15 de marzo a las
19:30 horas en el Palacio de Molina.
Esta exposición reivindica la idea de que la práctica del arte puede transformar nuestra visión y percepción de lo que somos y del lugar en el que estamos. El dibujo, principal referente en esta exposición, s
e muestra aquí como una de las herramientas fundamentales del artista –de todo artista– para tratar y comprender el mundo.
La observación y la captación o representación de la realidad como aprendizaje –los dibujos–, “sus territorios”, físicos y emocionales –los afectos–, y la naturaleza –el asombro, la mirada–, asoman simultáneamente de manera concordante. Paisajes humanos –rostros– y paisajes humildes siempre evocadores de un sentimiento límite, que el autor intenta trascender, más allá de la mera representación, a través de procesos minuciosos; o sublimar, en otras ocasiones, a través de una
pulsión y una gestualidad desbordante.
Si algo singulariza esta exposición, este conjunto de obras de estilos, intenciones y procedimientos tan diversos, es su naturaleza experimental, algo habitual en los talleres de grabado y en el mundo de la edición de obra gráfica que tanto han supuesto para la personalidad artística de
Luis Adalid. Con ello y con
una actitud rigurosa y libre, reivindica, desde una inquebrantable fe en el oficio, la
necesidad de recuperar el tiempo de taller, de tratar la realidad sin mediaciones y volver a mirar más allá de las pantallas, en esta sociedad de la urgencia, del clic de la inmediatez y de las tecnologías abrumadoras que tanto banalizan, y que tanto pasan por alto (Gadamer).
Disfrutemos de esta amplia exposición, de esas obras realizadas con una habilidad técnica contrastada, de la belleza austera de los dibujos abordados con una gestualidad comprometida o de la fuerza de sus
fotografías intervenidas. Y reabramos la mirada, porque no en vano, nos recuerda Luis, el dibujo ha sido, y sigue siendo, una de las herramientas fundamentales, junto con la palabra y, probablemente antes que ella,
para comprender y para explicar el mundo.