La alcaldesa destaca la perfecta sintonía de los funcionarios que han dado respuesta inmediata a las diferentes incidencias planteadas en el ejercicio
Martes 24 Abril 2018 | Visto: 6.617 veces
El
simulacro de terremoto que desde primeras horas de esta mañana se desarrollaba en el
municipio de Cartagena ha puesto de relieve la
acción coordinada de todos los servicios municipales ante una catástrofe de este tipo, según ha destacado la alcaldesa,
Ana Belén Castejón, que ha coordinado a los diferentes jefes de servicio desde el CECOPAL, instalado en las instalaciones del
Parque de Seguridad.
Junto a ella han hecho un seguimiento de las primeras horas de la jornada los concejales de Seguridad Ciudadana,
Francisco Aznar; de Servicios Públicos,
Juan Pedro Torralba; y de Calidad de Vida y Bienestar,
Obdulia Gómez, y se ha podido comprobar, según Castejón,
el nivel de preparación y de reacción de los más de 120 empleados públicos que han participado.
Desde que sobre las ocho y media de la mañana, el
teléfono único de emergencias 112 daba cuenta del suceso con una magnitud de 5,7 grados y cuyo epicentro se localizaba en
Cabo Palos, se activaba el
Plan de Emergencia Municipal y se iban atendiendo las primeras incidencias, como la de un
escape químico en Alumbres y el
colapso de varios edificios con víctimas en el barrio de la Concepción.
También sufría un colapso la estructura del
Hospital de Santa Lucía y se producía el rescate por parte de la unidad de rescate urbano de los
Bomberos de Cartagena el rescate en sucesivas intervenciones de personas atrapadas entre los escombros, participando también en el rescate la unidad canina de
la Región de Murcia.
Mientras, en
Alumbres se confinaba a la población en sus casas y se les daba consejos a través de la megafonía exterior y posteriormente se evacuaban en autobuses al
Palacio de Deportes de Cartagena.
Allí eran también trasladados
mayores y personas con movilidad reducida de Alumbres y de Vista Alegre. Antes funcionarios de
Infraestructuras y de Deportes habían comprobado que la instalación estaba en buen estado. Igualmente personal de
Servicios Sociales y de
Cruz Roja tomaban la filiación y atendían las incidencias sanitarias que presentaban algunos de los evacuados.
Otras incidencias a las que se daba respuesta por la mañana especialmente por Bomberos y Protección Civil eran la de un
tren con 14 cisternas bloqueado en Escombreras; otra fuga de gas en la depuradora de
Polígono de Cabezo Beaza; la rotura de la
línea de gas natural en Escombreras que activaba el Plan Especial de Protección Civil de Mercancías Peligrosas TRANSMUR; y una amenza química que obligaba a confinar a los alumnos del
Instituto Hespérides de Santa Lucía.
La
Policía Local iba dando a su vez información de la situación que se iba produciendo en su despliegue, centrado en el acompañamiento de los diferentes dispositivos de emergencia y comprobando la situación de los avisos que llegaban como el de la
rotura de un depósito del agua en La Azohía.
Mientras en el Edificio Administrativo de San Miguel se centralizaba el grupo de evaluación de daños de Urbanismo e Infraestructuras y se utilizaba para ello el visionado en un
macro muro de las múltiples cámaras de vigilancia que hay situadas en las principales avenidas y calles de la ciudad, y a través de
visitas de inspección a viviendas, entre las que se incluían las que se realizaba personal del Museo Arqueológico y técnicos de la Comunidad Autónoma a los
edificios catalogados y yacimientos.
Sobre las tres de la tarde y ante la solicitud de la
Delegación del Gobierno y la Comunidad Autónoma el ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, declaraba la
emergencia de interés nacional subiendo de nivel 2 a nivel 3, por lo que la coordinación de los efectivos en la Región pasan de la administración regional a la nacional a través del mando de la
Unidad Militar de Emergencias (UME).
EL SIMULACRO EN LAS ESCUELAS INFANTILES
Con motivo del simulacro de terremoto en la Región de Murcia, se realizaron también ensayos de
evacuación en todas las Escuelas Infantiles Municipales.
Estos simulacros consistieron en la evacuación a los puntos de reunión establecidos, agrupando a los niños junto a las puertas de salida de emergencia pero sin que que tuvieran que salir a la calle.
Los responsables de cada aula evacuaron a todos los alumnos de su aula y en el punto de reunión se hizo el recuento de los mismos e informado a la directora (jefa de Emergencia). Se cronometró el tiempo de evacuación, desde la activación de la alarma o aviso hasta el recuento definitivo en el punto de reunión. En algunas de las Escuelas Infantiles
se activaron las alarmas contraincendios y se desplazó personal de Protección Civil.