El fruto de esta colaboración es un vídeo dirigido por Javier Gómez Bello y protagonizado por Mercedes León, que recoge versos de la escritora cartagenera

Viernes 21 Noviembre 2025  |  Visto: 203 veces  |  Vídeo   |  Versión Imprimible

Este jueves 20 de noviembre, Día Universal de los derechos de la Infancia, el Patronato Carmen Conde-Antonio Oliver participó en la conmemoración colaborando con Amnistía Internacional Málaga, en la realización de un vídeo en el que se recitan versos de la escritora cartagenera.

Dirigido por el cineasta y músico Javier Gómez Bello y protagonizado por la actriz y dramaturga Mercedes León, en el vídeo puede verse a través de sus versos la especial atención y sensibilidad que Carmen Conde mostró siempre hacia la infancia, sobre todo, ante el sufrimiento y la injusticia que se cierne sobre esta durante los conflictos bélicos, y desde su Patronato han querido continuar con esta intención colaborando en la puesta de en marcha de esa iniciativa.

El poema que puede escucharse en el vídeo pertenece al libro “Mientras los hombres mueren” de Carmen Conde, que redactó entre 1937 y 1939 durante los bombardeos sobre la ciudad de Valencia, específicamente a su sección ‘A los niños muertos por la guerra’. La autora ruega a los aviones y las ametralladoras que respeten a los infantes e, incluso, en un acto de empatía universal se apiada del aviador enemigo, como puede leerse a continuación:

“¡No los deshojéis, cañones; no los tricéis, ametralladoras, bombas grandísimas que caéis del cielo hondo y que parecéis dones de las nubes anchas, no rompáis los cuerpecitos de los niños!

¿No siente el plomo piedad de estos hombros de leche rosada, de estas sangrecitas dulces, de estas pieles de labios? ¿Ningún aviador enemigo tiene niñitos que levanten sus manos al viento de las hélices?

No. El enemigo no parece padre, y acaso es huérfano también. Por eso los niños se quiebran en tajos humeantes, y hay por los jardines cabelleras de musgos, rodillas con seda rasgada; suelto todo entre los árboles quebrados, con duelo sostenido de gritos que ayer eran cometas y hoy son pobres encías partidas que ya no gustarán mazorcas ni pezones frescos de madres enamoradas...”

Cabe destacar que este libro es el único poemario de carácter testimonial escrito por una autora en aquel momento de la historia desde el sufrimiento de la población civil y constituye un gran canto al pacifismo. El manuscrito de este libro fue donado por Carmen Conde al Ayuntamiento de Cartagena junto a todo su Legado y está custodiado en su Patronato Carmen Conde-Antonio Oliver tras su fallecimiento en 1996.

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